José Luis Gutiérrez – Reflexión Rte. El Riscal
Entre bueyes y pinares encontramos El Riscal.
No sé si podré explicar cuánto gozo aquí he tenido, compartiendo con amigos el placer del buen yantar.
En Carbonero el Mayor, despacito y buena letra, Don Jesús y Doña Petra levantaron El Riscal, un hermoso cantoral que hoy, sus hijos interpretan.
Carbonero, Carbonero, noble pueblo segoviano.
Cada día, dos hermanos trabajan con devoción.
El Riscal es su pasión, codo a codo y mano a mano.
La cocina castellana, nos ofrece sus manjares y tiemblan los paladares con su sabia tradición.
¡Esa sí que es religión de adorar en los altares!
Mas, la innovación convive desplegando fantasías, los sabores son poesías que retan a la razón y en la magia del fogón se guisan las alegrías.
Yo le brindo pleitesía a su majestad el buey, que es el auténtico rey que transforma este lugar en meca del paladar, donde el buen gusto es la ley.
Los vinos, como el Eresma, fluyen con la suavidad de esos besos de verdad que a veces nos da la vida: como el arte en la comida o la sincera amistad que me ofrecen dos hermanos, codo a codo y mano a mano,
cuando me acerco a El Riscal.